lunes, 23 de diciembre de 2013

Gracias.

Hoy, a eso de las cinco de la tarde, mediante la página de "Anti pilla pilla", me he enterado de la detención de cuatro de mis agresores.

Gracias a todos por uniros y apoyarme a mi y al resto de víctimas.
Gracias por ayudar a impedir que haya más víctimas.
Gracias por desenmascararlos.
Gracias.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Tan solo mi versión

Buenas!

Soy una de las víctimas del así denominado proyecto pilla pilla, y aunque pueda no parecerlo, este concepto es importante, así que lo repetiré. Soy una de las víctimas.

Con este escrito no pretendo convencer ni justificar nada ni a nadie, básicamente por que no tengo esa necesidad, si no dar mi punto de vista, que no la verdad, al debate que se ha generado alrededor de este tema.

Por si alguien lo duda, vaya por delante que no soy pederasta. Como a todo el mundo, me gustan los niños, en su sitio y en su justa medida. Y por si alguien no lo tiene claro, concibo el sexo como deseo, comunicación y placer entre muchas otras cosas, y para conseguir eso en indispensable que mi compañero sexual sea libre. Eso, para mi, excluye cualquier tipo de abuso o de engaño. Independientemente de la edad.

Hasta hace poco yo era un tío como cualquier otro. Ahora, en cambio, hay quien cree que soy pederasta. Y todo por que una banda de homófobos juveniles ha publicado en internet un vídeo en el que no aparece ningún menor junto a la palabra pederasta.

Pero mejor vayamos por partes.

Cuando contacté con Alex (por que así me dijo que se llamaba) en un chat de esos a los que nadie te obliga a entrar, de esos chats que la gente entra por su propia voluntad y que tienen prohibida la entrada a menores de 16, rápidamente me di cuenta de que se trataba de alguien joven.

Al poco me dijo que tenía casi 16. Eso no cuadraba con su manera de escribir, con las expresiones que utilizaba, pero bueno, no se si sabéis como van los chats, pero por lo general todo el mundo está buenísimo entre otras virtudes, al menos de boquilla, así que no le dije nada y esperé a verle por cam.

Cuando las cams se encendieron me encontré con un joven de, mínimo, 17 años, con una media barba y un medio bigote. La charla fue agradable y, por supuesto, no le mentí en ningún momento (no es mi estilo). Ambos sabíamos a lo que íbamos y, aparentemente, estábamos de acuerdo. Por mi parte todo correcto. Por parte de la ley, también. En aquel momento pensaba que la edad legal para tener sexo consentido era de 16 años.

Y así llegamos al día en que quedamos. Y en el sitio convenido allí estaba, esperándome. Subió al coche voluntariamente y aparcamos muy cerca. Mientras caminábamos, supuestamente hacia su casa, aproveché la conversación, agradable y tranquila, para preguntarle cuanto le quedaba para sacarse el carnet de conducir, a lo que respondió que cuatro meses. Todo correcto, pensé.

Iluso.

Cuando bajábamos por unas amplias escaleras aparecieron, como de la nada, entre 10 y 15 encapuchados con la cara tapada. Uno de ellos llevaba una video-cámara.

Yo pensé que me iban a matar mientras lo grababan.

Todas las imágenes que había visto sobre homofobia en Rusia pasaron por mi mente a máxima velocidad, pero como no estaba haciendo nada malo y además aquello era una zona urbana, con pisos y gente, comencé a gritar “¡Socorro!” “¡Policía!”.

Pronto me di cuenta que no me iban a matar. Llevaban un rollo más raro, pero todavía no sabía cual. Me pidieron que les diera todo lo que llevaba (¿Todo este pollo para robarme? No me cuadraba) a lo que les contesté que sólo llevaba diez euros (y, para no perder la costumbre, era verdad). De entrada no se lo creyeron, pero tampoco insistieron mucho, así que conservé los diez euros.

Creo que, más o menos a partir de aquí, empieza el vídeo, aunque como comprenderéis no lo recuerdo con exactitud. Imagino que estaba en una especie de estado de shock.

Cuando aparecieron los mossos pensé que todo había acabado, y además favorablemente.

Me equivocaba.

Una vez en comisaría, el primero (y único) en entrar a declarar fue “Alex”, el chico con el que había quedado, y, casualmente, entró en un despacho muy cercano a donde me encontraba. 

Cuando “Alex” salió del despacho me dijo “Búscate en internet” y se fue. Mientras tanto, a unos 30 metros de la comisaría me esperaban parte de sus amigos a los que veía cuando salía a fumarme un cigarrillo.

Al salir mi agresor, pensé que, acto seguido, iría yo. La verdad es que desconozco como funciona todo esto de la justicia por que, la verdad, es la primera vez que tengo una movida de este calibre. Pero no. No me tocó a mi.

Lo que me tocó fue esperar más de dos horas en una comisaría sin calefacción, hasta que un mosso con barba me tomó declaración. Imagino que este procedimiento es el normal. Primero se atiende al agresor y luego a la víctima. ¿No?

Por fin pude declarar, y expliqué lo que había pasado. Al acabar le pregunté sobre qué habían hecho con el vídeo. Me dijo que habían permitido a mis agresores conservarlo pero que les habían dicho que si lo publicaban tendrían problemas. Yo la verdad es que estaba como flipando (pero sin el como) y supongo que no estaba para reaccionar. De todas formas ¿qué podía hacer? El vídeo ya estaba fuera de comisaría y en su poder.

Le pedí al mosso que me acompañara al coche por que fuera me estaban esperando. No lo hizo, si no que salió a asegurarse que no había nadie y cuando lo comprobó me dijo que podía irme, cosa que hice sin más problemas.

De camino a casa casi no me podía creer lo que había pasado, pero estaba vivo y sin un rasguño, así que todo bien.

El hecho de que colgaran un video en internet “desvelando” mi homosexualidad no me preocupaba en absoluto. En mi entorno todo el mundo sabe que soy gay, y nunca ha habido ningún problema con eso. Además... ¿A quien podía interesarle esa mierda?

Al día siguiente el vídeo estaba colgado en youtube. Cuando lo vi me quedé helado. El rollo no era de gays, ¡si no de pederastas! Lo denuncié a youtube. Antes de que lo eliminaran llevaba 4.000 reproducciones, pero lo eliminaron.

Fui a la comisaría de los mossos a poner una denuncia, pero como el vídeo estaba eliminado y la cosa no había ido a mayores, el caporal que me atendió me recomendó que no denunciara. Preferí hacerle caso por que preferí pensar que ya estaba, que se había terminado. 

Lo que yo no sabía es que esto no había hecho más que empezar.

Subieron el vídeo a facebook, y facebook consideró que el vídeo era estupendo y que no infringía los derechos de nadie, ni el vídeo ni las fotos ni la página. ¿Por qué?

Mientras tanto la página de los homófobos iba subiendo de visitas y likes vertiginosamente. ¿El mundo se había vuelto loco?

Entre los comentarios pude leer, como habéis podido leer todos, verdaderas barbaridades, y lo peor era que todo el mundo parecía darles la razón. La gente parecía sentirse con derecho a cuestionar mi intimidad. Intimidad a la que habían accedido mediante la comisión de un delito, pero de eso nadie parecía acordarse.

La cosa se complicaba.

A todo esto, cabe remarcar que mi situación económica es, digamos, justa, por lo que contratar un abogado no era una opción.

Dos días después de que colgaran el vídeo en fb, un chico, al que conozco por trabajo, tuvo el valor de decirme que había un vídeo mío rulando por internet. En su expresión pude ver que estaba conmigo. Y si él estaba conmigo, sus amig@s también. Eso me dio ánimo. 

Gracias, ya sabes quien eres. Ya sabéis quien sois.

Aquella misma tarde, hablando con una amiga, recordé a un antiguo conocido, abogado. Hacía tiempo que no teníamos contacto, pero la relación siempre había sido cordial y no me quedaban muchas más opciones, así que, dispuesto a que me dijera que no podía ayudarme, le llamé.

Por suerte para mi, me atendió, y no solo me atendió, si no que me ayudó. Me ayudó a redactar la denuncia que presentaría posteriormente, y me ayudó a saber, junto con el otro chico, que no estaba sólo en este asunto. ¡Gracias!

Imagino que si mi gente no me hubiera apoyado desde el momento cero, esto habría resultado infinitamente más duro, tal vez imposible.

Mas tarde vi un comentario de alguien a quien conozco lejanamente. En ese momento me quedó claro que habrían dos juicios, el legal y el social. Necesitaba responder, pero el mundo entero parecía estar a favor de los delincuentes. Si respondía me lincharían.

Y mientras tanto, y de forma imprevista, surgió la razón. De algún modo sucedió como cuando te enfadas, que primero sale la rabia, el odio, la ira, pero después, cuando te calmas y aparece el entendimiento, las cosas se ven diferentes, más claras.

Así, al principio aparecieron comentarios en contra de la banda de homófobos que me asaltó, y, obviamente, sus autores fueron tachados o bien de pederastas o bien de ayudar a los pederastas. Eso empezó a abrir los ojos de much@s que, no lo se, tal vez volvieron a ver los vídeos y no observaron en ellos a ningún niño o a ningún crío de quince años o prueba de ningún abuso más que por parte de mis agresores.

Casi no me lo podía creer cuando aparecieron páginas como “Anti pilla pilla” o “No al proyecto pilla pilla”. A sus creadores y a sus seguidores solo puedo darles las gracias. Gracias por devolverme la confianza en un mundo que pensé que quería apalizarme por no haber hecho absolutamente nada malo o ilegal.

Junto a mi amigo abogado, redactamos la denuncia y la interpuse en el juzgado. Pero fue a partir de que la noticia apareció en los medios cuando la cosa pareció empezar a moverse, aunque igual ya estaba en movimiento antes, lo desconozco.

En este punto, los medios de ¿información? han dado, mediante los artículos publicados, muestras fehacientes de un desconocimiento total del asunto, llegando incluso a inventarse aquello que han creído conveniente o a desmentir la información publicada tan solo 24 horas antes. 

Ahora que he formado parte de una noticia, empiezo a ver como funcionan. No quiero ni imaginarme lo que hacen con el resto.

A la que el asunto se desmadró, facebook empezó a considerar que, ahora si, la página, las fotos y los vídeos infringían mis derechos. ¿Por qué?

Gracias a tod@s los que me ayudasteis a cerrarles TODAS las páginas que han abierto. ¡Aunque facebook no quisiera hacerlo!


Gracias a todos. De verdad.